Un día pasa volando, rápido, fugaz. Y, ¿de cuántos
disponemos? Quizá un puñado, quizá muchos. Si llegamos a vivir unos 80 años
tenemos sólo 29.600… Es entonces cuando te miras al espejo y buscas las
arruguitas provocadas por las sonrisas, cuentas los estremecimientos en el
fondo de tus ojos y valoras si los recuerdos que albergan las líneas de tus
manos son de suficiente calidad. Pero, sobre todo, aparece el miedo a los días
sin fecha. Esos que pasan sin que los recuerdes. Porque entonces es cuando
descubres que no estás viviendo, sino sólo sobreviviendo.
1 comentario:
que verdad.. me gusta la foto tambn :)
te sigo, me haría ilusión si te pasaras por mi blog http://andrrula.blogspot.com/
Publicar un comentario